CORONA DE ADVIENTO

Simbología navideña: la corona de adviento

Se acerca la Navidad y con ello un tiempo destinado a llenar nuestras casas de energía renovada, con la esperanza de que sea un tiempo de buen augurio. Esta espera a la nochebuena recibe el nombre de adviento. 

 

La palabra adviento significa “tiempo de espera y esperanza”; para los católicos es el momento de preparación espiritual para recibir con júbilo el recordatorio del nacimiento de Jesús. El adviento comienza el primer domingo de diciembre, aunque la costumbre fija como fecha de inicio al arreglo navideño el 8 de diciembre, en conmemoración de la Inmaculada Concepción, tomándolo como uno de los dogmas de fe más importantes para la religión católica.

 

Uno de los detalles que indica el inicio de la época es justamente la corona de adviento, cuyo significado no lo conocen todas las familias.

 

 

 


I. La corona de adviento

 

La corona representa la eternidad, ya que como es circular, simboliza aquello que no tiene principio ni fin. Este símbolo tiene el propósito de reunir a la familia en oración, para que juntos desde el corazón, se preparen para recibir la Navidad.

 

En sus orígenes paganos, representaba una petición al dios sol para que retornara con su luz y calor durante la estación del invierno, por derivación, ahora adopta la intensión de recibir la luz y la vida en la persona de Jesús. 

 

La corona está compuesta por los siguientes símbolos:

 

Elemento 
Simbología

Círculo 
La eternidad

Ramas verdes del pino o hiedra 
La vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza.

Velas 
3 de color rojo y 1 de color rosa: penitencia, conversión, gracia y alabanza a María como Madre del mundo.

Flores de navidad y lazos con cintas coloridas. 
No necesarias, pero estéticamente se incluyen como toque festivo.

Frutos secos 
Guindas, nueces, manzanas, rodajas de naranjas acarameladas, etc, son empleadas como representación de abundancia.

Piñas 
Simbolizan la inmortalidad de la vida vegetal y animal. Representa el cíclico y eterno retorno de la Naturaleza y expresa la eclosión de la vida primaveral.


 

 

 


Haz la prueba y construye la tuya. Lo ideal sería que la tengas lista el primer domingo de diciembre, así puedes orar con toda tu familia prendiendo una vela que correspondería a la primera semana, luego das inicio con la que corresponde a la de la segunda y así, sucesivamente. Al llegar la noche del 24, prendes la cuarta junto con las otras que se estuvieron consumiendo y las dejas arder en la víspera hasta un centímetro antes que se terminen (para simbolizar que nada se acaba y todo se transforma).  

 

La corona de adviento suele colocarse como centro de mesa, antes que adorno, es porque allí se congregará la familia a poner sus intensiones, leer alguna lectura, reflexionar en familia y ante todo, rezar juntos.  

 

Otro lugar propicio, dependiendo del espacio, es cerca del arbolito y del pesebre, teniendo cuidado de que las velas no sean potencial peligro. En este sentido, sería juntar tres importantes símbolos de buen augurio (el árbol, el pesebre y la corona), formando siempre las trinidades potentes en lo referente a ceremonias.